Mínimo salario mínimo
20 minutos / 28.12.04
El salario mínimo interprofesional (SMI) ya no es lo que era. De hecho, ha recuperado su papel inicial como herramienta de reequilibrio laboral y ha dejado de ser un índice de referencia para acceder a ayudas y subvenciones fuera de este ámbito (becas, vivienda de protección oficial, subsidio de desempleo, etc.) El pasado mes de junio el Ministerio de Trabajo decidió crear un nuevo índice para estos últimos casos: el nuevo Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (IPREM). Y fijó entonces el SMI en 490,8 euros mensuales y el IPREM en 460,5 euros al mes.
Las funciones ‘impropias’ del SMI habían obligado a los gobiernos en el poder a limitar las subidas –ya que se multiplicaba por mucho su coste– de forma que año tras año iba perdiendo poder adquisitivo. La virtud de la decisión adoptada por el Gobierno socialista de restringir el SMI a la esfera estrictamente salarial es que permite aplicar aumentos –como el 6,6% de junio pasado, o el 4,5% que el Ejecutivo pactó ayer con CC OO, UGT, y la patronal CEOE para llegar a los 512,8 euros en 2005 –con un impacto económico limitado. El objetivo gubernamental es ir aumentándolo por encima del IPC hasta llegar a los 600 euros en 2008. Ni siquiera entonces podremos abandonar el furgón de cola europeo en esta materia:sólo Portugal tienen un SMI inferior al español y el siguiente, Grecia, está ya en 605 euros al mes.
Si miramos a Europa, aún nos queda camino por recorrer. Los principales países de l a UE superan los 1.000 euros mensuales y en algunos el SMI alcanza un grado de sofisticación tal que establece diferencias retributivas en función del nivel de calificación de los trabajadores (Luxemburgo) o de su estado civil y de si tienen o no hijos (Francia).
El salario mínimo interprofesional (SMI) ya no es lo que era. De hecho, ha recuperado su papel inicial como herramienta de reequilibrio laboral y ha dejado de ser un índice de referencia para acceder a ayudas y subvenciones fuera de este ámbito (becas, vivienda de protección oficial, subsidio de desempleo, etc.) El pasado mes de junio el Ministerio de Trabajo decidió crear un nuevo índice para estos últimos casos: el nuevo Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (IPREM). Y fijó entonces el SMI en 490,8 euros mensuales y el IPREM en 460,5 euros al mes.
Las funciones ‘impropias’ del SMI habían obligado a los gobiernos en el poder a limitar las subidas –ya que se multiplicaba por mucho su coste– de forma que año tras año iba perdiendo poder adquisitivo. La virtud de la decisión adoptada por el Gobierno socialista de restringir el SMI a la esfera estrictamente salarial es que permite aplicar aumentos –como el 6,6% de junio pasado, o el 4,5% que el Ejecutivo pactó ayer con CC OO, UGT, y la patronal CEOE para llegar a los 512,8 euros en 2005 –con un impacto económico limitado. El objetivo gubernamental es ir aumentándolo por encima del IPC hasta llegar a los 600 euros en 2008. Ni siquiera entonces podremos abandonar el furgón de cola europeo en esta materia:sólo Portugal tienen un SMI inferior al español y el siguiente, Grecia, está ya en 605 euros al mes.
Si miramos a Europa, aún nos queda camino por recorrer. Los principales países de l a UE superan los 1.000 euros mensuales y en algunos el SMI alcanza un grado de sofisticación tal que establece diferencias retributivas en función del nivel de calificación de los trabajadores (Luxemburgo) o de su estado civil y de si tienen o no hijos (Francia).
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