Bancos y cajas de peaje
20 minutos / 22.02.05
¡Qué tiempos aquellos en los que nuestros abuelos guardaban sus (más bien escasos) ahorros en el colchón o bajo una losa de la cocina! Más de uno se está planteando recuperar esa sabia tradición a la vista de lo que nos sacan las entidades financieras en comisiones. Cada día es más caro tener dinero. Cada vez nos cobran más por servicios hasta hace poco gratuitos.
Y la cosa no queda aquí. Bancos y cajas no sólo lo consideran más que justificado, sino que están buscando cómo poder ingresar más. La propuesta del Banco Popular para cobrar a sus clientes por sacar dinero de sus propios cajeros –aparcada por el momento tras la indignación que suscitó– es el intento más reciente. Pero en un entorno de bajos tipos de interés, que no les deja margen de maniobra para aumentar sus beneficios con el negocio bancario típico (dejar dinero a un precio superior al que lo consigue), y con una Bolsa que no les permite obtener los sustanciosos beneficios de antaño, unos y otras han convertido las comisiones en su tabla de salvación. Debemos pagar ‘peaje’ por abrir una simple cuenta corriente, hacer transferencias, disponer de dinero del cajero automático, contratar un fondo de inversión o un plan de pensiones, utilizar una tarjeta de crédito, cobrar un cheque o pedir un préstamo (incluso aunque no nos lo concedan).
Basten algunos datos para constatarlo: en siete años bancos y cajas han duplicado sus ingresos por comisiones, que ya representan casi un tercio de su negocio, y en el caso de algunas entidades financieras estos ingresos incluso han llegado a superar los beneficios totales obtenidos a lo largo del año .
Mientras, sólo le queda quejarse de que las comisiones se aplican sin la transparencia debida y no mejoran la calidad del servicio que recibe o negociarlas con su banco. Si puede, claro.
¡Qué tiempos aquellos en los que nuestros abuelos guardaban sus (más bien escasos) ahorros en el colchón o bajo una losa de la cocina! Más de uno se está planteando recuperar esa sabia tradición a la vista de lo que nos sacan las entidades financieras en comisiones. Cada día es más caro tener dinero. Cada vez nos cobran más por servicios hasta hace poco gratuitos.
Y la cosa no queda aquí. Bancos y cajas no sólo lo consideran más que justificado, sino que están buscando cómo poder ingresar más. La propuesta del Banco Popular para cobrar a sus clientes por sacar dinero de sus propios cajeros –aparcada por el momento tras la indignación que suscitó– es el intento más reciente. Pero en un entorno de bajos tipos de interés, que no les deja margen de maniobra para aumentar sus beneficios con el negocio bancario típico (dejar dinero a un precio superior al que lo consigue), y con una Bolsa que no les permite obtener los sustanciosos beneficios de antaño, unos y otras han convertido las comisiones en su tabla de salvación. Debemos pagar ‘peaje’ por abrir una simple cuenta corriente, hacer transferencias, disponer de dinero del cajero automático, contratar un fondo de inversión o un plan de pensiones, utilizar una tarjeta de crédito, cobrar un cheque o pedir un préstamo (incluso aunque no nos lo concedan).
Basten algunos datos para constatarlo: en siete años bancos y cajas han duplicado sus ingresos por comisiones, que ya representan casi un tercio de su negocio, y en el caso de algunas entidades financieras estos ingresos incluso han llegado a superar los beneficios totales obtenidos a lo largo del año .
Mientras, sólo le queda quejarse de que las comisiones se aplican sin la transparencia debida y no mejoran la calidad del servicio que recibe o negociarlas con su banco. Si puede, claro.
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