La casa por el tejado
20 minutos / 12.07.2005
El Gobierno se felicita regularmente por la buena nota que él mismo pone a su primer año largo de mandato. Incluso en alguna materia económica como el empleo. Pero si hay una asignatura pendiente, y no parece que la vaya a aprobar en los exámenes de septiembre, es la de la vivienda. La creación de un ministerio específico no ha servido, por ahora, para encontrar soluciones a uno de los principales problemas económicos y sobre todo sociales que en estos momentos sufre nuestro país. No en vano la responsable del departamento en cuestión, María Antonia Trujillo, es, con diferencia, la ministra peor valorada por la ciudadanía. Claro que entre «soluciones habitacionales» y «minipisos» no se puede decir que haya estado muy afortunada en su gestión.
Tampoco parece que el resto del Ejecutivo la ayude demasiado en su tarea. Si alguien cree que una persona sola, por muy preparada que esté –y por muchos éxitos que haya conseguido en su comunidad autónoma, Extremadura–, es suficiente para enmendar este desaguisado de especulación y precios astronómicos está muy equivocado. La solución debe pasar por un plan de choque global con la implicación de todos los ministerios afectados, y con el mismo presidente a la cabeza.
No parece que la política seguida hasta ahora de un parche aquí y otro allá sea la estrategia más eficaz. Ni tampoco los globos sonda que periódicamente se anuncian para tantear qué reacciones suscitan. Como el que ayer lanzó el secretario de Estado de Hacienda de que están estudiando trasladar a los inquilinos la ayuda fiscal que reciben los propietarios que alquilan una vivienda. Por favor, estudien esa medida o cualquier otra que aporte alguna solución, pero deprisa. A ver si el próximo curso sacan mejor nota o como mínimo les podemos dar un aprobado.
El Gobierno se felicita regularmente por la buena nota que él mismo pone a su primer año largo de mandato. Incluso en alguna materia económica como el empleo. Pero si hay una asignatura pendiente, y no parece que la vaya a aprobar en los exámenes de septiembre, es la de la vivienda. La creación de un ministerio específico no ha servido, por ahora, para encontrar soluciones a uno de los principales problemas económicos y sobre todo sociales que en estos momentos sufre nuestro país. No en vano la responsable del departamento en cuestión, María Antonia Trujillo, es, con diferencia, la ministra peor valorada por la ciudadanía. Claro que entre «soluciones habitacionales» y «minipisos» no se puede decir que haya estado muy afortunada en su gestión.
Tampoco parece que el resto del Ejecutivo la ayude demasiado en su tarea. Si alguien cree que una persona sola, por muy preparada que esté –y por muchos éxitos que haya conseguido en su comunidad autónoma, Extremadura–, es suficiente para enmendar este desaguisado de especulación y precios astronómicos está muy equivocado. La solución debe pasar por un plan de choque global con la implicación de todos los ministerios afectados, y con el mismo presidente a la cabeza.
No parece que la política seguida hasta ahora de un parche aquí y otro allá sea la estrategia más eficaz. Ni tampoco los globos sonda que periódicamente se anuncian para tantear qué reacciones suscitan. Como el que ayer lanzó el secretario de Estado de Hacienda de que están estudiando trasladar a los inquilinos la ayuda fiscal que reciben los propietarios que alquilan una vivienda. Por favor, estudien esa medida o cualquier otra que aporte alguna solución, pero deprisa. A ver si el próximo curso sacan mejor nota o como mínimo les podemos dar un aprobado.
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