La trastienda del paro
20 minutos / 05.07.2005
Una vez más, las cifras del paro y de afiliados a la Seguridad Social, conocidas ayer, han permitido al Gobierno sacar pecho de lo bien que les van las cosas en el terreno económico. En esta ocasión, los responsables del Ministerio de Trabajo han destacado que el número de desempleados se ha situado en junio por debajo de los dos millones, por primera vez desde julio de 2003, después de que hayan salido de las listas del Inem 32.533 inscritos. Ciertamente, el impacto de la regularización de inmigrantes y las revisiones estadísticas están prolongando los aparentemente buenos registros del empleo en España. Pero detrás de ese lujoso escaparate, se esconde una trastienda de problemas que persisten en el tiempo y ante los cuales nadie parece dispuesto a tomar medidas.
El elevado paro femenino (1,2 millones de mujeres paradas frente a los 758.514 de desempleados) y la excesiva proporción de contratos temporales (prácticamente 9 de cada 10) son ya males crónicos de nuestro mercado laboral. Así como la alta dependencia de la construcción y de los vaivenes de la contratación en el sector turístico, que precisamente han tenido un papel determinante en los resultados de junio.
Un dato menos conocido y que da una idea de la fragilidad de ese descenso del paro es que el mes pasado se firmaron más de 1,5 millones de contratos, una cifra sin precedentes que demuestra que cada vez hace falta un mayor número de contrataciones para recortar el desempleo. Además, sólo 133.000 fueron indefinidos y el resto temporales. Así va a ser difícil reducir la tasa de temporalidad (casi del 90%) y colocarla a los niveles de esos países europeos a los que tanto nos gusta compararnos, donde está alrededor del 70%. En definitiva, no se trata de que haya muchos contratos, aunque esté bien que los haya, sino que una vez ganada la batalla de la cantidad hay que empezar a meterle mano a la calidad.
Una vez más, las cifras del paro y de afiliados a la Seguridad Social, conocidas ayer, han permitido al Gobierno sacar pecho de lo bien que les van las cosas en el terreno económico. En esta ocasión, los responsables del Ministerio de Trabajo han destacado que el número de desempleados se ha situado en junio por debajo de los dos millones, por primera vez desde julio de 2003, después de que hayan salido de las listas del Inem 32.533 inscritos. Ciertamente, el impacto de la regularización de inmigrantes y las revisiones estadísticas están prolongando los aparentemente buenos registros del empleo en España. Pero detrás de ese lujoso escaparate, se esconde una trastienda de problemas que persisten en el tiempo y ante los cuales nadie parece dispuesto a tomar medidas.
El elevado paro femenino (1,2 millones de mujeres paradas frente a los 758.514 de desempleados) y la excesiva proporción de contratos temporales (prácticamente 9 de cada 10) son ya males crónicos de nuestro mercado laboral. Así como la alta dependencia de la construcción y de los vaivenes de la contratación en el sector turístico, que precisamente han tenido un papel determinante en los resultados de junio.
Un dato menos conocido y que da una idea de la fragilidad de ese descenso del paro es que el mes pasado se firmaron más de 1,5 millones de contratos, una cifra sin precedentes que demuestra que cada vez hace falta un mayor número de contrataciones para recortar el desempleo. Además, sólo 133.000 fueron indefinidos y el resto temporales. Así va a ser difícil reducir la tasa de temporalidad (casi del 90%) y colocarla a los niveles de esos países europeos a los que tanto nos gusta compararnos, donde está alrededor del 70%. En definitiva, no se trata de que haya muchos contratos, aunque esté bien que los haya, sino que una vez ganada la batalla de la cantidad hay que empezar a meterle mano a la calidad.
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