Comer para crecer
20 minutos / 29.03.2005
El asalto del BBVA al sistema financiero italiano mediante la compra de BNL, el sexto banco del país, le permitirá ganar posiciones en la Champions League de la banca europea: se convertirá en la séptima entidad financiera del continente y la tercera de la zona euro.
Es la respuesta, aunque a menor escala, a la reciente adquisición del Abbey National británico por parte del SCH en el pulso que mantiene con su principal competidor. La escasa rentabilidad de las inversiones realizadas por ambos en América Latina y la necesidad de ganar tamaño para competir internacionalmente les ha empujando a buscar escenarios más atractivos donde crecer.
Italia no es el Reino Unido. Pero mientras el SCH tuvo todo tipo de facilidades para comprar el Abbey, el BBVA ha topado con el nacionalismo financiero italiano. El propio Banco de Italia ha llegado a culpar al grupo español de las pérdidas de la BNL en 2004, a pesar de que tiene una representación minoritaria en el consejo de administración que dirige la entidad. Aunque resulta alentador ver cómo el presidente italiano, Silvio Berlusconi, su ministro de Economía, empresarios, sindicatos y usuarios de banca se han desmarcado de ese intento obstruccionista, ¿cómo habrían acogido las finanzas internacionales una reacción similar del Banco de España cuando el Barclays se hizo con el Banco Zaragozano?
Si el BBVA logra vencer las resistencias, el SCH se podría plantear una operación similar en el mercado financiero italiano, muy atomizado y poco eficiente, donde ya posee el 8,5% del Sanpaolo, el tercer banco del país. Eso sí, antes deberá acabar la digestión del Abbey, por lo que no le importaría que el BBVA tardara algún tiempo en superar sus dificultades.
El asalto del BBVA al sistema financiero italiano mediante la compra de BNL, el sexto banco del país, le permitirá ganar posiciones en la Champions League de la banca europea: se convertirá en la séptima entidad financiera del continente y la tercera de la zona euro.
Es la respuesta, aunque a menor escala, a la reciente adquisición del Abbey National británico por parte del SCH en el pulso que mantiene con su principal competidor. La escasa rentabilidad de las inversiones realizadas por ambos en América Latina y la necesidad de ganar tamaño para competir internacionalmente les ha empujando a buscar escenarios más atractivos donde crecer.
Italia no es el Reino Unido. Pero mientras el SCH tuvo todo tipo de facilidades para comprar el Abbey, el BBVA ha topado con el nacionalismo financiero italiano. El propio Banco de Italia ha llegado a culpar al grupo español de las pérdidas de la BNL en 2004, a pesar de que tiene una representación minoritaria en el consejo de administración que dirige la entidad. Aunque resulta alentador ver cómo el presidente italiano, Silvio Berlusconi, su ministro de Economía, empresarios, sindicatos y usuarios de banca se han desmarcado de ese intento obstruccionista, ¿cómo habrían acogido las finanzas internacionales una reacción similar del Banco de España cuando el Barclays se hizo con el Banco Zaragozano?
Si el BBVA logra vencer las resistencias, el SCH se podría plantear una operación similar en el mercado financiero italiano, muy atomizado y poco eficiente, donde ya posee el 8,5% del Sanpaolo, el tercer banco del país. Eso sí, antes deberá acabar la digestión del Abbey, por lo que no le importaría que el BBVA tardara algún tiempo en superar sus dificultades.
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