El nuevo impuesto de la renta se despeja
20 minutos / 25.10.2005
El misterio sobre la reforma del IRPF que prepara el Gobierno, se desvela poco a poco. Ya sabemos que en la declaración de la renta que haremos en 2008 volverá a haber deducciones para los que vivan en un piso de alquiler. El asunto tiene su miga porque esos «beneficios fiscales» para los inquilinos desaparecieron con la reforma impulsada en 1998 por el primer Ejecutivo del PP, pero se mantuvieron las deducciones para los que se compraban una casa. ¿Y después nos preguntamos por qué compramos mucho y alquilamos poco, ...? El objetivo de esta marcha atrás, nos dicen, es favorecer el acceso a la vivienda, pese a que los que se la compren seguirán disfrutando de las mismas ventajas porque sus deducciones no se tocan.
Es una de las novedades que nos preparan Solbes y sus muchachos para un nuevo impuesto de la renta que, según el encargo de Zapatero, debe ser «más justo» que el actual. La desaparición de las deducciones a los planes de pensiones, o la reducción del tipo máximo del 45% actual a cerca del 40% son otros de los cambios previstos. Después de los tormentosos debates que originó en el seno del Gobierno la primavera pasada, Hacienda se dio hasta final de año para perfilar del todo ese IRPF que se empezará a aplicar el próximo año.
No sabemos qué efectos tendrá ese nuevo diseño sobre la presión fiscal: o sea, si pagaremos más o menos. Lo que sí está claro es que España ingresa hoy por impuestos el doble que hace 30 años. Según un informe de la OCDE, publicado ayer, es uno de los países occidentales donde más han aumentado (del 18% al 35% del PIB). Claro que también era uno de los que partía de niveles más bajos.Aún así estamos muy lejos de los países nórdicos, con una recaudación tributaria que se sitúa alrededor del 50% de su riqueza.
El misterio sobre la reforma del IRPF que prepara el Gobierno, se desvela poco a poco. Ya sabemos que en la declaración de la renta que haremos en 2008 volverá a haber deducciones para los que vivan en un piso de alquiler. El asunto tiene su miga porque esos «beneficios fiscales» para los inquilinos desaparecieron con la reforma impulsada en 1998 por el primer Ejecutivo del PP, pero se mantuvieron las deducciones para los que se compraban una casa. ¿Y después nos preguntamos por qué compramos mucho y alquilamos poco, ...? El objetivo de esta marcha atrás, nos dicen, es favorecer el acceso a la vivienda, pese a que los que se la compren seguirán disfrutando de las mismas ventajas porque sus deducciones no se tocan.
Es una de las novedades que nos preparan Solbes y sus muchachos para un nuevo impuesto de la renta que, según el encargo de Zapatero, debe ser «más justo» que el actual. La desaparición de las deducciones a los planes de pensiones, o la reducción del tipo máximo del 45% actual a cerca del 40% son otros de los cambios previstos. Después de los tormentosos debates que originó en el seno del Gobierno la primavera pasada, Hacienda se dio hasta final de año para perfilar del todo ese IRPF que se empezará a aplicar el próximo año.
No sabemos qué efectos tendrá ese nuevo diseño sobre la presión fiscal: o sea, si pagaremos más o menos. Lo que sí está claro es que España ingresa hoy por impuestos el doble que hace 30 años. Según un informe de la OCDE, publicado ayer, es uno de los países occidentales donde más han aumentado (del 18% al 35% del PIB). Claro que también era uno de los que partía de niveles más bajos.Aún así estamos muy lejos de los países nórdicos, con una recaudación tributaria que se sitúa alrededor del 50% de su riqueza.
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