Monday, July 10, 2006

Hipotecas variables

Las familias siguen rechazando el tipo de
interés fijo, pese a las subidas que se avecinan

20 minutos / 4.07.2006
Las subidas de tipos de interés no parecen asustar a las familias españolas a la hora de hipotecarse. Ni las que ya ha habido, tanto en el tipo oficial del Banco Central Europeo (BCE) como en el Euríbor, el principal índice al que están referenciados los créditos hipotecarios en España; ni los que vendrán con toda seguridad en los próximos meses.

La Reserva Federal de los EE UU marcó el camino la semana pasada, con un aumento de 0,25 puntos para combatir la inflación, que colocó el precio del dinero allí en el 5,75%. El jueves conoceremos los planes del BCE. Aunque los analistas no prevén otra subida inmediata, el banco europeo mantendrá una política monetaria más agresiva (o sea, con más subidas) para combatir el aumento de los precios en los países de la zona euro. Pese a ello, nuestras familias se siguen hipotecando muy mayoritariamente (el 96%) a tipo variable, e incluso las hay que prefieren pasarse del tipo fijo –que sólo tienen ya el 3% de los préstamos hipotecarios– al variable.

Según las estadísticas conocidas ayer, la hipoteca media para adquirir una vivienda en España es de 138.958 euros y se contrata a 25 años. O sea, un 15% más cara que un año atrás. Lógico si tenemos en cuenta que ése ha sido el incremento del precio de la vivienda en los últimos doce meses.

Los mismos datos señalan que el interés medio de esa hipoteca es ya del 3,57%, cuando el índice oficial de la zona euro está en el 2,75% y el Euribor por encima del 3,40%. Es decir, que seguirán subiendo hasta acercarse a los tipos reales del mercado hipotecario: aquí pagamos entre el 3,40 y el 3,73%. Por todo ello, lo que ahora puede parecer una ventaja, a medio plazo puede ser un mal negocio.

La opa de nunca acabar

Arcelor acepta la oferta de Mittal mientras
Gas Natural sigue esperando qué pasa con Endesa.

20 minutos / 27.06.2006
Tras ver cómo ha culminado con éxito la opa que ha supuesto el nacimiento del primer grupo siderúrgico del mundo –al comprar Mittal el gigante europeo Arcelor– uno se pregunta qué fue de una de las opas que más ríos de tinta ha generado en la historia de la economía española: la que lanzó Gas Natural sobre Endesa hace ya casi diez meses, a la que siguió la de la alemana E.ON.El hecho es que lo que empezó como una pura operación empresarial y se transformó en un pimpampun político ha acabado por convertirse en un pleito judicial de difícil solución.

Se ha criticado que la empresa gasista lanzara la oferta por Endesa de forma hostil, aunque desde la compañía revelan que se hizo así porque no hubo más remedio y porque el presidente de la eléctrica, Manuel Pizarro, próximo al PP, se negó en redondo a aceptarla cuando se le planteó con carácter amistoso. Y la pequeñez empresarial de Gas Natural frente a un gigante como Endesa tampoco ayudó a hacerla viable. Lo único cierto es que, lejos de detenerse en estos detalles, los populares vieron en la catalanidad de la opadora un peligro que desapareció cuando la alemana E.ON decidió, ahora sí con el beneplácito de Pizarro, plantear su propia oferta en unos términos aparentemente mucho más ventajosos. Al mismo tiempo, el Gobierno intentaba cumplir escrupulosamente los trámites necesarios para autorizar una operación que teóricamente reforzaba nuestro sector energético.

Mientras, los accionistas de Endesa aún no se han podido pronunciar sobre cuál de las dos ofertas les interesa más. Y todo apunta a que aún tardarán en hacerlo porque el asunto está ahora en manos del Tribunal Supremo, y ya conocemos la escasa celeridad de nuestro sistema judicial.

Hay que exportar más

Los últimos datos estadísticos sitúan
a nuestro comercio exterior a la cola de Europa

20 minutos / 20.06.2006
Por si había alguna duda sobre la marcha negativa del sector exterior de la economía española, unos nuevos datos de la Oficina Europea de Estadística conocidos ayer certificaron que está a la cola de Europa, sólo superado por el Reino Unido.

Nuestro déficit comercial –la diferencia entre lo que exportamos fuera y lo que importamos de otros países– ha pasado de 16.200 millones de euros registrados entre enero y abril de 2005, a los 21.100 millones acumulados en los cuatro primeros meses de 2006, y nos acercamos peligrosamente a los 23.800 millones negativos que presenta la balanza exterior británica.

En el extremo opuesto sigue Alemania, el primer exportador mundial, con una diferencia a favor de sus ventas al exterior (superávit) de 38.900 millones de euros, tras experimentar un ligero descenso desde los 42.600 millones del año pasado. Le siguen de lejos Holanda (9.600 millones de euros), Irlanda (7.500 millones) y Suecia (5.000 millones).

Las autoridades económicas seguirán culpando de estos datos a la buena marcha de la economía española, que sigue creciendo por encima de la media europea; a la falta de competitividad, otra de nuestras asignaturas pendientes; y a los sueldos elevados –como ha hecho recientemente el FMI– de los malos resultados de nuestro comercio exterior. Pero que se sepa, Alemania, Holanda o Suecia no van tan mal y allí los sueldos son mucho más altos que aquí. Quizá ha llegado el momento de hacer una clara apuesta por convertir el ‘made in Spain’ en algo más que una marca devaluada y darle a nuestros productos la proyección internacional que necesitan.

Nos conviene que gane Alemania

Sería la mejor noticia para la marcha de nuestra economía

20 minutos / 13.06.2006
Andamos estos días a golpe de pito. Del pito de los árbitros que dirigen los partidos del Mundial de Alemania. El fútbol lo llena todo y las cuestiones económicas no son ajenas a él. Hay sesudos estudios que concluyen que este mes de pelotas le irá de ídem a la maltrecha economía alemana.

Primero, gracias a los 3.000 millones de euros que los alemanes se gastarán en televisores, cervezas, refrescos, prendas deportivas, y demás. Luego, por la llegada de diez millones de turistas, el doble de lo que es habitual en estas fechas, que se dejarán otros 3.000 millones de euros en el país. Y después, porque la tercera economía del mundo aspira a venderse, ante los cientos de millones de ojos que siguen los partidos, como destino ideal para las inversiones extranjeras. En total, unos ingresos extra de 10.000 millones de euros que supondrían un aumento del 0,5% de la riqueza del país.

¿Y cuáles serán los efectos a largo plazo de todo este caudal de dinero? De momento, ya se han creado unos 60.000 empleos, la mitad de los cuales se mantendrán cuando el campeón levante la copa el próximo 9 de julio. Además, la confianza de las familias está en el nivel más alto de los últimos cuatro años, y se han revisado al alza las perspectivas de crecimiento económico, que estaban por los suelos.

Más allá de las posibilidades de nuestra selección, y de si caeremos en cuartos o no, a la economía española le interesa que el equipo de Ballack llegue lo más lejos posible. Y si puede ser, que gane el mundial. No olvidemos que Alemania es el segundo país que más productos compra a las empresas españolas –por valor de unos 20.000 millones de euros al año–, por detrás de Francia. Y que unos alemanes contentos y satisfechos son la mejor noticia para la buena marcha de nuestra economía.

Ni competitivos, ni productivos

Las empresas se van y los ERE’s
crecen a un ritmo preocupante

20 minutos / 30.05.06
No serán el tema estrella del debate sobre el Estado de la Nación que hoy y mañana se celebra en el Congreso de los Diputados. No es de esperar que Zapatero, Rajoy o el resto de oradores les dediquen más que alguna somera mención. Pero no por eso dejan de ser un problema, y grave, de nuestra economía. Me refiero a la creciente falta de competitividad de nuestras empresas y a la escasa productividad de nuestros trabajadores, dos campos en los que cada día estamos más lejos de los países de nuestro entorno.


El reciente caso de Braun, que ha decidido cerrar su planta en Cataluña dejando sin trabajo a cerca de 700 empleados para irse a algún país asiático o de la Europa del Este, es sólo el último capítulo de una larga historia que tiene demasiados antecedentes (Gillette, Phillips, Samsung, Lear, Volkswagen, etc…). Intentar atraer y retener a las empresas a base de subvenciones públicas, que son pan para hoy y hambre para mañana; o cruzarse de brazos echándole la culpa a las inevitables deslocalizaciones propiciadas por la maldita globalización no pueden ser las únicas respuestas de las administraciones ante tales situaciones. Como en la buena medicina, lo que conviene son medidas preventivas que eviten la enfermedad o, como mínimo, la hagan más llevadera en el caso de que nos pille un virus. Y no hay mejor vacuna que tener empresas muy competitivas y muy productividad.

Los últimos datos son poco esperan zadores: Ayer supimos que aunque los 11.768 trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo (ERE’s) en el primer trimestre del año suponen un 36,65% menos que en el mismo periodo de 2005, el número total de ERE’s ha crecido un 5,7% y el de expedientes de despidos colectivos, un 31,7%. Quizá hoy no habrá tiempo, pero habría que buscarlo ¿no?

Batacazo en las Bolsas

Los mercados bursátiles de todo el mundo caen
en cadena llevando la inquietud a los inversores

20 minutos / 23.05.2006
Malos tiempos para la Bolsa.La semana ha empezado tan mal como acabó. El índice que agrupa los 35 valores principales de la Bolsa española, el Ibex-35, cayó ayer casi un 3%, y el resto de los mercados europeos, norteamericanos y asiáticos no corrieron mejor suerte.Un batacazo que contrasta con los resultados bursátiles registrados durante el primer trimestre de 2006, cuando España se anotó el mejor arranquede ejercicio enocho años. Hace pocos días, todos apostaban porque el Ibex llegaría a los 12.000 puntos, pero ayer cayó por debajo de los 11.000.

El miedo a una subida de los tipos de interés para frenar la inflación en Europa, los EE UU e incluso China es el principal culpable, según los expertos,de estos movimientos que se producen simultáneamente en las Bolsas de todo el mundo. Lo cierto es que ésa puede ser una explicación, pero no parece que ese temor esté más justificado ahora que hace dos semanas,
cuando los índices de medio mundo batían récords y ofrecían rentabilidades acumuladas sin precedentes. Por la misma razón resulta complicado saber si esta caída tendrá continuidad o si, por contra, ya ha tocado suelo.

¿A quién preocupan estas bajadas? Tendemosa pensar que la Bolsa es cosa de cuatro ricachones que tienen metidos ahí sus cuantiosos ahorros, nada más lejos de la realidad. Además de ellos,o quizá bastante más que ellos, se verán afectados los ocho millones largos de españoles que tienen 244.000 millones de euros en fondos de inversión, especialmente los que sean de renta variable, y las miles de familias –el 24% del ahorro familiar en España está en la Bolsa– que siguen con preocupación la evolución de susTelefónicas, Endesas,Repsoles y otros valores del mercado bursátil.