Tuesday, March 22, 2005

La UE cambia de traje

20 minutos / 22.03.05
Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea bendecirán hoy y mañana el acuerdo al que llegaron sus ministros de Economía, la madrugada de ayer, para reformar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) al gusto de Alemania y Francia, lo que supone prácticamente su desaparición. Pese a que en apariencia mantiene los límites fijados inicialmente, se admiten tantas razones para incumplirlos que el pacto pierde toda su eficacia.
El
PEC fue el traje que diseñaron en 1997 los sastres alemanes –los mismos a los que ahora les aprieta las sisa– para los países que adoptaran el euro. Si no se ajustaban al talle, si su déficit público superaba el 3% de la riqueza nacional (PIB) o la deuda pública era superior al 60%, serían seriamente advertidos y después multados. La intención era dotar al euro de credibilidad en los mercados financieros y conseguir que la flamante moneda única tuviera una fortaleza comparable a la del todopoderoso dólar. Eran momentos de bonanza económica y esa férrea disciplina parecía una carga asumible para los gobiernos.
Las costuras han empezado a saltar con la debilidad de las economías europeas en los últimos años. El
bajo ritmo de crecimiento especialmente en Alemania y Francia, ha reducido los ingresos por impuestos y ha aumentado el gasto para pagar los subsidios a los que se quedan en paro. Las cuentas públicas se han resentido, el traje se les ha quedado pequeño a alemanes, franceses y a otros ocho países de la UE. La aparente ventaja del nuevo PEC, y la razón de su inoperancia, es su flexibilidad. Es como regalar a los países un traje elástico, que les permitirá salirse de las normas sin que tengan que rendir cuentas por ello.




Otra reforma laboral

20 minutos / 15.03.05
El Gobierno, los empresarios y los dos sindicatos mayoritarios (CC OO y UGT) retomaron ayer las negociaciones para impulsar una nueva reforma laboral –la quinta de la democracia– con el objetivo prioritario de reducir la elevada tasa de temporalidad que registra nuestro mercado de trabajo. Aunque también contempla, entre otras cuestiones, la lucha contra el paro de jóvenes y mujeres, el salario mínimo, la incorporación de los inmigrantes, los accidentes laborales y las pensiones.
El 30% de los contratos en España son temporales, una cifra que nos aleja, y mucho, de la media europea (12%). Además, tenemos una de las
tasas de paro (10,38%) más elevadas de la UE, especialmente en mujeres y jóvenes. Visto el panorama y recordando el resultado de las cuatro reformas anteriores (1984, 1994, 1997 y 2001), hará falta algo más que buena voluntad por parte de los agentes sociales y la preceptiva dosis de talante para conseguir los ambiciosos objetivos que se proponen. De hecho, cada una de esas reformas ha venido a rectificar algo de la anterior. La lucha contra la temporalidad ha sido uno de las prioridades en todas ellas, pero los avances han sido escasos.
Hay otras cuestiones que los expertos señalan también como fundamentales de cara a la negociación. Para seguir creando empleo es imprescindible flexibilizar las relaciones laborales (no sólo el despido), pero también garantizar los derechos de los trabajadores y mejorar la protección social de los parados. De momento, los patronos han puesto sobre la mesa la necesidad de aumentar la competitividad de las empresas y la mejora del empleo en cantidad y en calidad (o sea, de abaratar el despido).

Tuesday, March 08, 2005

¿Por qué es tan caro el petróleo?

20 minutos / 08.03.05
El petróleo se tomó ayer un respiro después de que la semana pasada se encendieran todas las alarmas cuando su precio marcó máximos históricos. Parece que el mensaje de los países productores agrupados en la OPEP advirtiendo que tomarán medidas para evitar nuevos sustos ha tranquilizado a los mercados. Mientras, los gobernadores de los bancos centrales más importantes del mundo reunidos en el G-10 han exigido más transparencia en la determinación del precio del crudo. Y uno se pregunta que si ellos que mandan en gran parte de la economía mundial no saben por qué sube como sube, ¿cómo lo vamos a saber nosotros?
Hay algunos elementos que nos pueden ayudar a entender algo de lo que está pasando. Lo primero es que ‘el petróleo’, así en singular, no existe. Hay cientos de variedades de características y calidades diversas, aunque tres son las fundamentales: el Brent, de referencia en Europa; el West Texas Intermediate que marca el nivel de precios en los Estados Unidos; y la cesta de la OPEP, la media aritmética de la cotización de otros siete tipos de crudo. Lo segundo que debemos tener presente es que esos precios responden a la evolución de un ‘futuro’ o una ‘opción’, o sea de un instrumento financiero con un vencimiento en un plazo determinado. Es decir, hay multitud de inversores que hoy ‘apuestan’ que el petróleo valdrá X en tal fecha, y cuantos más ‘apuesten’ más probable es que acierten. Además, esos inversores –sobre todo fondos de alto riesgo que buscan altas rentabilidades– están interesados en que el precio suba mucho, ya que a mayor subida, más beneficio. Por lo tanto, a las razones de manual para justificar la escalada de precios que venimos sufriendo, como las olas de frío o la escasa capacidad de refino, hay que añadir el creciente papel de los especuladores que no han visto un barril de petróleo ni en pintura.

Tuesday, March 01, 2005

Los precios no descansan

20 minutos / 01.03.05
El frío, contra lo que se pudiera esperar, no ha congelado los precios. El dato avanzado ayer por el Instituto Nacional de Estadística, y que confirmaremos la próxima semana, indica que en febrero recuperaron la senda alcista, levemente interrumpida por el efecto favorable de las rebajas que propiciaron un descenso del IPC del 0,8% en enero. España se mantiene así a la cabeza de los países del euro en cuanto a niveles de inflación, tan sólo superado por Grecia.
Los precios siguen subiendo aquí el doble que en Francia y Alemania (3,3% frente a 1,6%) y así es muy difícil que nuestras empresas puedan ser competitivas, por mucho que el Gobierno se esfuerce en aprobar planes y medidas para promover su competitividad, como las anunciadas la pasada semana. Si necesitan gastar más dinero para producir lo mismo que sus competidoras de otros países, difícilmente podrán vender sus productos más baratos y ganar mercado.
Los buenos propósitos gubernamentales para introducir más competencia –y presionar sobre los precios a la baja– en sectores poco liberalizados (energía, telecomunicaciones, mercados financieros, servicios, transportes…) pueden contribuir a frenar las tensiones inflacionistas, en el mejor de los casos, a medio o largo plazo, pero difícilmente tendrán un reflejo inmediato en las cuentas de resultados de las compañías. Y mientras esas buenas noticias se hacen esperar, los datos coyunturales negativos no nos dan tregua. Lo que sí pasará factura de hoy para mañana a nuestras empresas (y a todos nosotros) es la nueva escalada del precio del petróleo, que vuelve a cotizar alrededor de los 50 dólares el barril, como consecuencia de las nuevas olas de frío que están afectando a Europa y a los Estados Unidos.