Tuesday, January 18, 2005

Morir por trabajar

20minutos / 18.01.05
Hay quien trabaja para vivir. Y quien vive para trabajar. Pero por desgracia sigue habiendo quien muere por trabajar. En España, cada año unos mil trabajadores –tres cada día– pierden la vida en su lugar de trabajo o camino de él. Una estadística no por fría menos espeluznante. Aunque 2004 parece indicar una sensible reducción de la siniestralidad laboral en nuestro país, sigue habiendo noticias que demuestran lo mucho que queda por hacer en este terreno. El fallecimiento ayer de dos obreros heridos en la explosión del jueves pasado en Burgos eleva ya a diez las víctimas mortales del siniestro. El caso resulta particularmente indignante por las circunstancias que lo rodean: los trabajadores utilizaban un almacén donde se guardaba combustible y alguna sustancia inflamable como vestuario. Una chispa o una colilla pudieron ser la causa del desastre.Lo peor es que parecemos resignados a aceptar como inevitables unos hechos que deberíamos combatir con todas las armas a nuestro alcance. Empezando por la adopción de medidas preventivas mucho más eficaces que las actuales, siguiendo con la concienciación de trabajadores y empresarios sobre la necesaria lucha contra los riesgos laborales y acabando, de una vez por todas, con sanciones ejemplares y proporcionales a la magnitud del problema social al que nos estamos enfrentando.La construcción y el transporte son los sectores con más muertes por accidente laboral: suman la mitad de los fallecidos en esas circunstancias en 2004. Y por lo que respecta a los trabajadores, siete de cada diez ven el riesgo de tener un accidente por el exceso de confianza, según una encuesta conocida ayer. Ya sabemos por dónde podemos empezar a actuar. Hagámoslo.

Tuesday, January 11, 2005

Ojo a los tipos

20 minutos / 11.01.05
Este jueves el Banco Central Europeo (BCE), el organismo que dirige la política monetaria de los países de la zona euro, se volverá a reunir para decidir si mantiene los tipos de interés en el 2%, donde se encuentran desde hace 18 meses. Es más que probable que no los toque y que sigamos así uno, dos o tres meses. Pero antes del verano, o a la vuelta de vacaciones, los acabará subiendo.Entre los principales argumentos que avalan ese pronóstico, los expertos destacan la preocupación por la elevada inflación –entre un 2,2% y un 2,3% en 2004– que se registra en la eurozona. Aunque es inferior al 3,2% o el 3,3% con que cerraremos el año en España, según los datos del INE que conoceremos el viernes, las subidas de precios son malas para la economía porque empobrecen a las familias, hacen perder poder adquisitivo a los trabajadores y restan competitividad a las empresas. Y el BCE parece dispuesto a tirar de los tipos de interés para enfriar los ánimos de los consumidores y limitar la circulación de dinero, que presionan esos precios al alza.Además, cuenta con la complicidad de la Reserva Federal norteamericana, que puede continuar subiendo los tipos en los EE UU, incluso por encima del acostumbrado 0,25%.El bajo ritmo de crecimiento económico de los países que tiran de la economía europea, con Alemania y Francia al frente, es un serio obstáculo a esa subida de tipos. Sin embargo, en el último trimestre del año se han detectado en esos países algunos síntomas de recuperación del consumo (récord de ventas de coches) que podrían anticipar una aceleración de ese crecimiento. Incluso el mismo presidente del BCE ya anunció ayer que –si el petróleo se controla– la economía irá algo mejor de lo previsto para este año.Sea como sea, aquellos que tengan una hipoteca a un tipo de interés variable o los que se estén planteando contratarla y duden entre el fijo o el variable deberán tenerlo en cuenta a la hora de tomar una decisión.




Monday, January 03, 2005

Con la casa a cuestas

20 minutos / 03.01.05
La escalada del precio de la vivienda ha dejado de ser una noticia propiamente dicha. Cada vez que conocemos alguna novedad, nos limitamos a constatar la magnitud de la subida.Es como las campanadas de fin de año.Siempre son doce, por mucho que nos liemos con los cuartos o las ralenticen para que comamos las uvas sin atragantarnos.El último dato constata que se sigue encareciendo, pero a un ritmo menor. En 2004 el aumento del precio de la vivienda nueva fue del 12,5% en las capitales de provincia, frente al 15,8% de 2003. Habrá quien pretenda que consideremos positivo ese incremento más moderado (es un decir, claro), pero no podemos perder de vista que un piso cuesta hoy siete veces más de lo que se pagaba por él en 1985. Lo mismo que nuestros sueldos, vaya. Una auténtica barbaridad. El consuelo es que el próximo año subirá como mucho un 10%, «sólo» cinco veces más que la inflación prevista. La razón de esa «moderación», nos dicen, es que con la recuperación de la Bolsa la vivienda perderá su atractivo como un bien de inversión , con lo que caerá la demanda especulativa que tanto ha ayudado a inflar los precios. Lo bueno del caso es que todos los operadores del mercado inmobiliario parecen tener la receta para controlar los precios: básicamente, poner más suelo a disposición de los constructores (¿más?) y fomentar el alquiler. Si bien lo del suelo es una cuestión compleja, no se acaba de entender la incapacidad permanente del sector para acabar con el hecho totalmente anómalo de que ocho de cada diez familias viven en una casa de su propiedad, aunque les suponga endeudarse hasta casi el 100% de su renta para pagarla.

Mínimo salario mínimo

20 minutos / 28.12.04
El salario mínimo interprofesional (SMI) ya no es lo que era. De hecho, ha recuperado su papel inicial como herramienta de reequilibrio laboral y ha dejado de ser un índice de referencia para acceder a ayudas y subvenciones fuera de este ámbito (becas, vivienda de protección oficial, subsidio de desempleo, etc.) El pasado mes de junio el Ministerio de Trabajo decidió crear un nuevo índice para estos últimos casos: el nuevo Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (IPREM). Y fijó entonces el SMI en 490,8 euros mensuales y el IPREM en 460,5 euros al mes.
Las funciones ‘impropias’ del SMI habían obligado a los gobiernos en el poder a limitar las subidas –ya que se multiplicaba por mucho su coste– de forma que año tras año iba perdiendo poder adquisitivo. La virtud de la decisión adoptada por el Gobierno socialista de restringir el SMI a la esfera estrictamente salarial es que permite aplicar aumentos –como el 6,6% de junio pasado, o el 4,5% que el Ejecutivo pactó ayer con CC OO, UGT, y la patronal CEOE para llegar a los 512,8 euros en 2005 –con un impacto económico limitado. El objetivo gubernamental es ir aumentándolo por encima del IPC hasta llegar a los 600 euros en 2008. Ni siquiera entonces podremos abandonar el furgón de cola europeo en esta materia:sólo Portugal tienen un SMI inferior al español y el siguiente, Grecia, está ya en 605 euros al mes.
Si miramos a Europa, aún nos queda camino por recorrer. Los principales países de l a UE superan los 1.000 euros mensuales y en algunos el SMI alcanza un grado de sofisticación tal que establece diferencias retributivas en función del nivel de calificación de los trabajadores (Luxemburgo) o de su estado civil y de si tienen o no hijos (Francia).

Europa crece al ralentí

20 minutos / 21-12-04
La fortaleza del euro no se traduce en un mayor crecimiento de la economía europea; incluso parece que le perjudica más de lo que la favorece, según los datos sobre la evolución del producto interior bruto (PIB) en los países de la zona euro. Si en el segundo trimestre creció un 0,5%, en el tercero no pasó del 0,3%. La debilidad del dólar estadounidense y del yen japonés frente a nuestra moneda provoca que los motores económicos europeos, Alemania y Francia, vayan al ralentí porque con este entorno monetario las empresas de nuestros vecinos pierden competitividad.
La apreciación imparable del euro (valía 1,20 dólares en septiembre y hoy supera ya los 1,30) implica que comprar un producto hecho en Europa sea más caro que otro fabricado en los EE UU o Japón. Como alemanes y franceses venden menos, crecen menos y compran menos al exterior. Los principales exportadores a estos países son precisamente otros socios europeos, con España e Italia a la cabeza, y se contagian de la ralentización del crecimiento. Si bien es cierto que la economía española ha dado muestras de un mayor dinamismo con incrementos del PIB de alrededor del 2,6%, frente al 2% del conjunto de la eurozona.
Hay factores favorables que influyen en esa buena marcha. Y, paradójicamente, la carrera alcista del euro es uno de ellos, ya que ha ayudado a abaratar la cada vez más abultada factura del petróleo (que se paga en dólares). El crudo, a su vez, ha entrado en una senda de moderación (aunque sigue dando sustos). Tan sólo el alza de precios, la inflación, y el encarecimiento alarmante de la vivienda plantean la incógnita sobre qué pasará si algún día suben los hasta ahora bajísimos tipos de interés.