Tuesday, May 16, 2006

Que cada palo aguante su vela

20 minutos / 16.05.2006
Una advertencia: Por un día, y sin que sirva de precedente, dejaré a un lado los acostumbrados análisis que intentan adornar semanalmente este espacio para manifestar mi más profundo desacuerdo con algunas de las cosas que están pasando a raíz de la supuesta estafa de Afinsa y Fórum Filatélico a más de 350.000 españoles.La primera es que no creo que el Gobierno deba pagar nada a las víctimas del timo filatélico, de la misma forma que no apoyó económicamente a los que sufrieron otros desmanes financieros parecidos, ya fueran por lo criminal (Gescartera, Banfisa, AVA, Eurobank,...) o por lo civil (¿qué dirían los accionistas de Terra que tuvieron que vender sus acciones muy por debajo del precio que las compraron?). Si hubiera que atender igual a todos, el déficit público se nos dispararía.

Los afectados tienen toda nuestra solidaridad, por supuesto, pero deben ser los jueces los que determinen, si hay delito, cómo se indemniza a los afectados. Y las empresas en cuestión parecen tener suficiente patrimonio para hacer frente a buena parte de esas responsabilidades penales que se pudieran determinar. Los inversores debían saber el riesgo que corrían al dejarles su dinero. Y el Gobierno tendría que extremar la vigilancia sobre este tipo de negocios más bien opacos. No en vano se empiezan a detectar vínculos con personas relacionadas en operaciones policiales contra la mafia de la Costa del Sol. Una vez más cabría preguntarse: ¿quién protege nuestro dinero?, ¿por qué se permite este tipo de actividades sin ningún control? Por si acaso, y como pasa con la caridad, la precaución bien entendida empieza por uno mismo. O sea, si le ofrecen duros a cuatro pesetas, desconfíe.

Nuestros males económicos

20 minutos / 09.05.2006

La Comisión Europea ha dado un nuevo tirón de orejas a nuestras autoridades económicas en sus previsiones de primavera.Como a los malos alumnos, Bruselas les recordó ayer que las asignaturas pendientes de la economía española son el elevado endeudamiento de los hogares –básicamente, a causa de los precios disparados de la vivienda–, la escasa productividad de las empresas españolas, el elevado nivel de inflación y el déficit de nuestro comercio exterior porque importamos más de lo que exportamos. Y como se hace con los malos alumnos, han acabado bajándonos la nota: nuestra economía crecerá un 3,1% en 2006 y un 2,8% en 2007, una y dos décimas por debajo, respectivamente, de los pronósticos iniciales.

España seguirá creciendo por encima de la media europea, a pesar de todo, pero esa diferencia será cada vez menor. Lo que frenará nuestro proceso de convergencia con los principales países de la UE por mucho que un estudio nos diga que en 2008 seremos como los alemanes. Entre ustedes y yo: no me lo creo. Y los responsables de nuestra economía harían bien en no creérselo tampoco porque está claro que tienen bastantes deberes pendientes si quieren mejorar sus notas en próximas convocatorias y, así, mejorar las perspectivas de nuestra economía, además de las de nuestros sufridos bolsillos.

Una economía que no ahorra, con unos precios que suben sin freno y sin empresas competitivas tarde o temprano lo pasará mal. Si a esos factores internos les añadimos otros externos, como la incertidumbre sobre la escalada del petróleo y la certeza de unos tipos de interés cada vez más elevados, parece claro que ya vamos un poco tarde.

¿Nuclear? ¿Sí, no, quizá?

20 minutos / 02.05.2006

La escalada del precio del petróleo, que, tras haberse casi duplicado en sólo dos años, parece estabilizado alrededor de los 72-73 dólares por barril, ha abierto un nuevo debate sobre la conveniencia de promover fuentes energéticas que reduzcan nuestra dependencia del crudo.En ese contexto hay quien defiende las excelencias de las energías renovables (eólica, solar, etc.), pero también ha propiciado el resurgimiento de los defensores de la energía nuclear («limpia» y «barata») como solución a nuestros males. No deja de ser curioso que esa defensa encendida coincida en el tiempo con el 20 aniversario de la tragedia de Chernóbil y con el cierre de la central de Zorita.

La decisión de abandonar la energía nuclear para generar electricidad, y el consiguiente cierre de las centrales nucleares, es una medida que Suecia ya adoptó en 1980. En los noventa le siguieron Italia y Bélgica, y en 2000, Alemania. Otros países, como España, han prohibido la construcción de nuevos reactores nucleares. Las razones que han llevado a tomar esas decisiones no han sido económicas, sino medioambientales, sociales o simplemente de oportunidad política.

Las ocho plantas nucleares españolas aportan una cuarta parte de la electricidad que se produce en nuestro país, donde las centrales térmicas superan el 50% de la generación eléctrica. En Francia, paradigma para muchos de los bajos costes –económicos, claro– energéticos, casi el 80% de los kilovatios tienen su origen en una central nuclear. La semana pasada, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró a favor de un debate «en profundidad» sobre la energía nuclear que mire hacia un horizonte de «seguridad» y de «garantía energética». Lo difícil será conseguir que esos conceptos sean compatibles.

Bill Gates contra la UE

20 minutos / 25.04.2006

Es la lucha de David contra Goliat.Ayer se inició en Bruselas el juicio en el que Microsoft –cuyo sistema operativo (Windows) utilizan el 95% de los ordenadores del mundo– reclama que le quiten la supermulta de 497,2 millones de euros que le impuso la Comisión Europea en 2004 por abusar de su posición de dominio y atentar contra la competencia. Pero, contra lo que el sentido común pudiera sugerir, en este caso el papel de Goliat lo asume la compañía de Bill Gates, y de David lo representa la Unión Europea.

El poder de estos gigantes empresariales no sólo supera a los Estados, sino incluso a las organizaciones internacionales que los representan. Microsoft desplegará toda su artillería legal con un ejército capitaneado por medio centenar de abogados de los bufetes más prestigiosos del mundo. La UE se defenderá con media docena de voluntariosos funcionarios. Hay motivos para la esperanza: en los EE UU hizo lo mismo, pero acabó pagando la multa.

Los expertos sugieren que este juicio establecerá las reglas de juego del sector tecnológico en Europa, aunque seguramente sus repercusiones serán aplicables a otros mercados donde la tendencia a la concentración, a reducir el número de competidores, aumenta el peligro de posiciones dominantes y de tentaciones monopolísticas que las autoridades comunitarias deberán combatir para protegernos de posibles desmanes. Ésa es la tendencia natural de las economías capitalistas a este lado del mundo globalizado y sólo nos queda esperar a que las autoridades de la competencia hagan su trabajo y haya justicia. Si la UE aparece en una posición de inferioridad en casos como el que nos ocupa, ¿qué podremos hacer los simples ciudadanos de a pie para defendernos?

Lo del petróleo está crudo

20 minutos /18.04.2006

Nos fuimos de vacaciones de Semana Santa pagando la penitencia de otra subida de carburantes que ha convertido en un calvario el paso por las gasolineras estos días, cuando los hemos pagado un 14% más caros que un año atrás.Lo peor es que cuando las compañías petroleras trasladen a los surtidores los récords históricos que está marcando estos días el precio del petróleo habrá que rascarse aún más el bolsillo.

El nunca mejor llamado ‘oro negro’ superó el Jueves Santo la histórica barrera de los 70 dólares por barril. Y las gasolinas y gasóleos han estado estos días muy cerca de los máximos registrados en septiembre pasado, durante la crisis de los huracanes en los EE UU. Si el petróleo sigue disparado, esos precios serán una anécdota en unas semanas. Los expertos achacan este repunte del crudo a la crisis abierta por los planes nucleares de Irán, cuarto productor mundial de petróleo. Aunque la culpa de las tensiones alcistas se siguen atribuyendo a la elevada demanda de China, con una economía que crece a un ritmo tres o cuatro veces superior al nuestro, y a la falta de capacidad de los países productores para refinar la cantidad de carburantes que reclama el mercado internacional.

¿Se puede extrañar alguien de que ahorremos poco en una coyuntura como la actual? Si en 2005 las familias españoles sólo pudieron guardar en la hucha diez de cada cien euros de su renta disponible, y se endeudaron un 21% más que en 2004.¿Qué juegos malabares tendrán que hacer este año con las gasolinas por las nubes, los tipos de interés al alza y la vivienda todavía en niveles estratosféricos?

Otra vez a medias

20 minutos / 11.04.2006

La nueva reforma laboral que Gobierno, sindicatos y empresarios se traen entre manos –la quinta de nuestra democracia– será menos ambiciosa de lo previsto.Lo ha anunciado el ministro de Economía, Pedro Solbes, y después de ver como han acabado las barbas de nuestro vecino francés con su polémico contrato para jóvenes, parece incluso lógico que haya decidido poner las suyas en remojo.

La ambición con que se inició el proceso en marzo de 2005 ha dejado paso a un cierto conformismo: lo importante ahora es que haya acuerdo, por modesto que sea, para facilitar su aplicación.

Las exitosas jornadas de huelga y las manifestaciones millonarias en Francia han acabado por disuadir al Ejecutivo español de su intención de conseguir cambios de mayor calado. Y es de suponer que si no se aplican esas medidas anunciadas con la profundidad que sería deseable, será muy difícil conseguir los ambiciosos objetivos que se proponían, entre los cuales destacaba el de reducir la excesiva temporalidad de nuestro mercado de trabajo (30% frente al 12% de la UE). Como las cuatro reformas anteriores, se quedará corta.

El proceso de diálogo social ha vivido momentos críticos. El enfado de la patronal CEOE por la reciente Ley de Igualdad pactada entre el Ejecutivo y los sindicatos estuvo a punto de dar al traste con las negociaciones, y al parecer hay poca sintonía entre CC OO y UGT. Todas las partes se han comprometido a hacer los deberes esta Semana Santa para cerrar un acuerdo, por mínimo que sea, antes del verano. Habrá que ver cómo queda todo al final, y especialmente el nuevo y polémico contrato de fomento propuesto por el Gobierno y la CEOE, que preveía 33 días de indemnización por año trabajado en lugar de los 45 del indefinido actual.

La hipoteca de las hipotecas

20 minutos / 04.04.2006

El Gobierno está firmemente decidido a meter mano al mercado hipotecario para –dice– protegernos de las más que seguras subidas de tipos de interés a lo largo de este año.Por ello, ha anunciado diversas medidas para abaratar la apertura, el cambio o la cancelación de los préstamos hipotecarios; promover la hipoteca mixta (combina el tipo fijo y variable), y mejorar la información que reciben los clientes al contratar su préstamo hipotecario. Y todo ello será recogido por una ley en breve.

No cabe duda de que el anuncio llega en buen momento: se acaba de confirmar que el euríbor –el índice del que dependen el 98% de las hipotecas contratadas en enero y el 81% del total– acaba de superar el 3%, cuando los tipos de interés oficiales en Europa están aún en el 2,5%. Pero el Ejecutivo y el Parlamento deberán darse mucha prisa, porque las nuevas subidas están al caer: los expertos ven el precio oficial del dinero en el 3,5% antes del verano y sobre el 4% a final de año.

La premura del tiempo no será el único problema al que deberá hacer frente el Ministerio de Economía en su afán por atenuar los efectos negativos de esos aumentos de los tipos de interés sobre las finanzas de las familias hipotecadas. La banca tiene mucho que decir para que puedan llegar a ser realmente efectivas medidas como la de reducir la comisión por cancelación de hipoteca y el coste de constitución de los préstamos, o la de informar a los usuarios de los efectos de una subida de tipos sobre sus créditos. Sin la colaboración de bancos y cajas, será muy difícil ir más allá de las buenas intenciones gubernamentales. Y no olvidemos que en estos momentos buena parte de los espléndidos beneficios del sector financiero provienen de esas comisiones vinculadas a los muchos créditos hipotecarios que concede.

El mal francés

20 minutos / 28.03.2006

Francia se volverá a echar hoy a la calle contra el polémico contrato para menores de 26 de años –el llamado Contrato de Primer Empleo (CPE)– que contempla el despido injustificado de esos jóvenes durante los dos primeros años.Es un nuevo desafío de sindicatos, estudiantes y trabajadores al Gobierno presidido por Dominique de Villepin tras el anuncio, el 16 de enero pasado, de la puesta en marcha de esta nueva modalidad de contratación. Su objetivo es combatir el paro juvenil, que en Francia está en el 22% de la población activa, el más elevado de Europa después de Grecia (27%) e Italia (23%), y muy superior al de España (18,5%) o al de la media de la Unión Europea (16,7%).

Este controvertido contrato es sólo una parte de un amplio paquete gubernamental de medidas para luchar contra el paro en general. Francia también registra una de las tasas de desempleo más altas de Europa: el 9,6%, frente al 8,7% español o al 8% de media de la UE; y a mucha distancia del 4,9% del Reino Unido o el 5,8% de Suecia. Si la izquierda francesa inventó la jornada de 35 horas semanales, que ha tenido un resultado discreto; la derecha intenta lanzar un aparentemente ambicioso plan de fomento del empleo que no parece convencer a nadie.

El 67% de los franceses, o sea dos de cada tres, quieren que se retire el Contrato de Primer Empleo, que no sólo disgusta a sindicatos y estudiantes. Tampoco entusiasma a los empresarios y éstos se mueven entre la indiferencia y la oposición frontal al CPE porque esperaban una reforma laboral más ambiciosa. El nuevo contrato, dicen, se añade a la veintena de tipos de contrato diferentes que ya existen y que no han sido lo bastante útiles para sacar a la economía del letargo que sufre ni para luchar contra el paro excesivo que azota al país.

Derrochando energías

20 minutos / 21.03.2006

Las empresas españolas son cada vez menos competitivas en los mercados internacionales.Deben soportar una inflación más elevada que las compañías alemanas, italianas o francesas, y los niveles de productividad son todavía muy inferiores a los de sus competidoras. Y así es difícil poder ofrecer unos precios atractivos que les permitan colocar sus mercancías en el exterior. Pero además, dos informes revelan que son muy poco eficientes en el uso de la energía.

España gasta un 20% más de energía que la media de la UE para crear la misma riqueza, ya que consume 226 kilogramos equivalentes de petróleo por cada 1.000 euros de Producto Interior Bruto (PIB) que genera, cuando en el conjunto de los Quince gasta sólo 190. Sólo Finlandia, Portugal y Grecia tienen unos registros peores que los nuestros (ver tabla adjunta), según las cifras de la oficina estadística de la UE.

El caso de la industria manufacturera es especialmente grave: nuestras empresas destinan un 50% más de recursos energéticos que la media europea para fabricar lo mismo. Lo dice un estudio de Caixa de Catalunya que se conoció ayer. Y el dato, lejos de mejorar, empeora, ya que hace 25 años era ‘sólo’ un 24% más. O sea, que cada vez son más ineficientes, lo que las coloca cada vez más lejos de su competencia europea. Visto lo visto, ¿no va siendo hora ya de actuar con contundencia y dejarse de OPA y zarandajas para concentrarse en lo que realmente importa?

Las que más ganan

20 minutos/ 07.03.2006

A estas alturas del año ya conocemos los resultados de las principales compañías españolas que cotizan en Bolsa, las que forman parte del índice Íbex-35.Lo cierto es que no suponen ninguna sorpresa en cuanto a las que salen mejor colocadas. Los grandes bancos se llevaron casi un tercio (31,5%) de los 36.695 millones de euros de beneficios que las treinta y cuatro grandes consiguieron en 2005 (Inditex los hará públicos a finales de marzo); las energéticas, más de una cuarta parte (26%); y Telefónica en solitario, el 12%. Es decir, banca, energía y telefonía representan el 70% de esas ganancias. A continuación se sitúan las constructoras, con un 7% de los beneficios.

No deja de ser curioso que sean, precisamente, estos sectores los que registran las cifras más positivas, aquellos que acumulan un mayor número de quejas y denuncias por parte de los consumidores. Uno se pregunta si algún día se plantearán la conveniencia de moderar esos márgenes astronómicos para destinar una parte de los ingresos a contentar a sus clientes: si no puede ser con unos precios más ajustados, sí al menos con un servicio más eficiente.

Especialmente tras cerrar el tercer año consecutivo con récord de beneficios, con un incremento medio del 45,7%, y donde por primera vez en la historia una empresa española, el Banco Santander, ha ganado más de un billón (con b) de pesetas, con 6.220 millones de euros de beneficio. Mientras, los que dependemos de la nómina –y que dure– contemplamos, resignados, cómo nuestro sueldo sube menos que los precios, cómo la inflación se come nuestros (escasos) ahorros y cómo la vivienda o la gasolina se convierten casi en bienes de lujo.

Sopa de OPAs

20 minutos / 28.02.2006

Por extraño que pueda parecer, a juzgar por el énfasis con que unos y otros toman posición a favor o en contra, la lucha entre Gas Natural y la alemana E.ON por quedarse con Endesa es tan sólo uno más –y no el más relevante– de los movimientos empresariales que se dan actualmente en el escenario económico internacional.En Francia, quizá recordando aquello de las barbas del vecino y las tuyas en remojo, se ha lanzado una operación promovida por el Gobierno galo y liderada por el grupo energético Gaz de France para evitar que la compañía franco-belga Suez caiga en manos de la eléctrica italiana Enel. O sea, es como si una empresa extranjera –pongamos que alemana– intentara quedarse con una eléctrica española y otra de aquí, –Gas Natural, por ejemplo– intentara comprarla para defender su españolidad. ¿Se imaginan? Por el momento, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ya se ha quejado amargamente de la maniobra francesa. ¿Y que hay del triste papel que jugaron sus ministros y el presidente del Banco de Italia para frustrar el intento de asalto del BBVA a laBNL?

Mientras tanto, la compañía anglo-india Mittal, el gigante mundial del acero sigue concretando su oferta para hacerse con el número dos del sector, Arcelor, una compañía con fuerte implantación en diversos países, entre ellos España. El rechazo de los gobiernos afectados a la OPA de Mittal ha sido unánime, apelando a la defensa «nacional» de un sector estratégico. ¿Les suena? Por ello, y más allá de la discusión sobre qué margen de maniobra tienen los Estados para intervenir en estas grandes partidas de la economía mundial, resulta menos sorprendente la reacción del Gobierno español ante la contraopa de E.ON por Endesa.

¿Pueden bajar más los salarios?

20 minutos / 21.02.2006

Los números cantan.Los últimos datos conocidos sobre la marcha de los salarios en España y su previsible evolución confirman las cifras oficiales que periódicamente nos proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los que dependemos de una nómina hemos perdido cinco puntos de poder adquisitivo desde 2000: nuestra paga ha crecido una media del 17% y la inflación, medida por el Índice de Precios de Consumo (IPC), lo ha hecho casi un 22%.

Pero ese diferencial ya preocupante adquiere una especial relevancia en el caso de los alimentos, que han subido en un 27,2% en los últimos cinco años; la vivienda, (+26,3%) y el transporte (+24%). La enseñanza y el capítulo de bares y restaurantes son las partidas más inflacionistas y acumulan subidas superiores al 29% en el IPC. Sólo el apartado de comunicaciones ha experimentado un descenso del 11% en ese periodo gracias a la feroz competencia desatada entre las telefónicas.

¿Ha ayudado esa moderación salarial a controlar los precios?, como defiende una parte de la teoría económica. La realidad es tozuda. Lo demuestra el informe de una comisión de expertos para el Ministerio de Trabajo, según el cual la remuneración real por asalariado en España se ha estancado en la última década, mientras que en la Unión Europea (UE) ha crecido de forma moderada. Pero los precios andan disparados aquí y los de nuestros vecinos están bastante controlados.

La culpa es de los contratos temporales, dicen esos mismos expertos, porque cuando hay muchos trabajadores con contrato temporal, se rebaja el poder de los asalariados para negociar subidas de sueldo con las empresas. Tenemos casi el triple que la UE. Y así nos va.

Impuesto sobre el humo

20 minutos / 14.02.2006
Los impuestos que se aplican a la venta del tabaco en España han vuelto a subir por tercera vez en seis meses.El Gobierno quiere combatir así la proliferación de marcas baratas y desactivar la guerra de precios bajos declarada entre las principales tabacaleras. Son éstas las dos armas que la industria esgrime con la intención de frenar la más que previsible pérdida de beneficios por la polémica ley antitabaco. Las ventas ya cayeron un moderado 0,6% en 2005 y se espera que este año sea bastante peor.

El mercado del tabaco está experimentando un curioso fenómeno que aparentemente contradice las leyes económicas: tras dos alzas casi consecutivas de impuestos, los precios han bajado a niveles históricos. Ya hay quien pide que se aplique la misma terapia a la vivienda o a los carburantes. Pero va a ser que no. Las empresas tabacaleras no repercuten en el precio final de esas subidas porque andan más empeñadas en contrarrestar los perniciosos efectos (para ellas, claro) de una normativa que busca reducir la cifra de fumadores, cosa que por ahora no pasa con los pisos o las gasolinas.

Lo cierto es que esas compañías no se pueden quejar porque en una década las ventas de cigarrillos en España –y sus ganancias– no han parado de crecer. Han pasado de 3.600 millones de cajetillas en 1996 a 4.600 millones en 2005. Y al Gobierno tampoco le ha ido mal: en 2000 recaudó 4.369 millones de euros en impuestos del tabaco y el año pasado, 5.600 millones, prácticamente la mitad de lo que ingresó por el impuesto sobre carburantes. Ahora lo tendrá un poco peor. Si se cumplen las previsiones y baja el consumo de cigarrillos, podría perder cerca de 2.000 millones, aunque tras el último aumento de impuestos puede que sean algo menos.