Monday, October 24, 2005

El nuevo impuesto de la renta se despeja

20 minutos / 25.10.2005
El misterio sobre la reforma del IRPF que prepara el Gobierno, se desvela poco a poco. Ya sabemos que en la declaración de la renta que haremos en 2008 volverá a haber deducciones para los que vivan en un piso de alquiler. El asunto tiene su miga porque esos «beneficios fiscales» para los inquilinos desaparecieron con la reforma impulsada en 1998 por el primer Ejecutivo del PP, pero se mantuvieron las deducciones para los que se compraban una casa. ¿Y después nos preguntamos por qué compramos mucho y alquilamos poco, ...? El objetivo de esta marcha atrás, nos dicen, es favorecer el acceso a la vivienda, pese a que los que se la compren seguirán disfrutando de las mismas ventajas porque sus deducciones no se tocan.

Es una de las novedades que nos preparan Solbes y sus muchachos para un nuevo impuesto de la renta que, según el encargo de Zapatero, debe ser «más justo» que el actual. La desaparición de las deducciones a los planes de pensiones, o la reducción del tipo máximo del 45% actual a cerca del 40% son otros de los cambios previstos. Después de los tormentosos debates que originó en el seno del Gobierno la primavera pasada, Hacienda se dio hasta final de año para perfilar del todo ese IRPF que se empezará a aplicar el próximo año.

No sabemos qué efectos tendrá ese nuevo diseño sobre la presión fiscal: o sea, si pagaremos más o menos. Lo que sí está claro es que España ingresa hoy por impuestos el doble que hace 30 años. Según
un informe de la OCDE, publicado ayer, es uno de los países occidentales donde más han aumentado (del 18% al 35% del PIB). Claro que también era uno de los que partía de niveles más bajos.Aún así estamos muy lejos de los países nórdicos, con una recaudación tributaria que se sitúa alrededor del 50% de su riqueza.

Hipotecas de subida

20 minutos/18.10.2005
Un consejo: si está pensando en contratar una hipoteca, mejor que se la haga a tipo fijo. Cada vez está más claro que el Banco Central Europeo (BCE) incrementará próximamente el tipo de interés. Será este jueves, será antes de acabar el año o será la primavera que viene. Pero será.

La escalada del petróleo –ha subido un 70% desde enero– ha colocado la inflación muy por encima de las previsiones más pesimistas en la mayoría de países de la Unión Europea, y especialmente en España (con un 3,7% anual frente al 2,5% de la UE). Y uno de los pocos mecanismos que tiene el BCE para frenarla es encarecer el precio oficial del dinero, situado desde junio de 2003 en el 2%. Hay coincidencia en que las subidas serán leves y que a finales de 2006 los tipos europeos estarán como mucho entre el 2,5% y el 3%. Es decir, todavía lejos del 3,75% de los EE UU o el 4,5% del Reino Unido.

De hecho, si los tipos de interés no suben antes no es por falta de ganas de las autoridades monetarias europeas. Las economías del continente no acaban de despegar y una decisión como esa podría entorpecer una recuperación que se resiste. Claro que los niveles de inflación actuales tampoco ayudan y, si los precios no se controlan, es de esperar que no les tiemble el pulso. Los más perjudicados por esa previsible alza de tipos serían los que están pagando un préstamo a tipo variable –el euríbor ya ha dado algún aviso los últimos meses– aunque los que prefieren ver la botella medio llena pronostican que puede moderar el ascenso imparable del precio de la vivienda y poner coto al boom inmobiliario basado en la especulación.

Monday, October 10, 2005

No todo sube igual

20 minutos / 04.10.2005
Hay realidades que no por sabidas son menos hirientes. Y nuestras subidas salariales, por llamarlas de alguna forma, claman al cielo. Un enésimo estudio anuncia que en 2006 el aumento real del sueldo en España será el tercero más bajo de la UE: sólo un 0,6% por encima de la inflación, casi cuatro veces menos que la media europea (2%). Osea, que a pesar de que nuestras nóminas serán de las que más crezcan (4,3%), se verán lastradas por un IPC excesivo (3,7%) porque ahí sí estamos, por desgracia, a la cabeza de las economías del continente. Mala suerte.

La tibieza salarial contrasta, sin embargo, con los excelentes resultados que están presentando las empresas. El Banco de España certificó ayer que han ganado un 32% en el primer semestre del año. No hace falta calculadora para darse cuenta de que, una vez restado el 3,7% de la inflación, el alza de los beneficios sigue siendo más que notable. Claro que si no tenemos en cuenta los ingresos extraordinarios, y nos atenemos al funcionamiento estricto del negocio empresarial, ese aumento se queda alrededor del 10%. Si seguimos desmenuzando esa información, vemos que las grandes empresas –especialmente las que cotizan en Bolsa– incrementan sus resultados un 11,3%, mientras las medianas ganan un 2,9% menos. Pese a ello, las segundas han destinado un 4,9% más a gastos de personal, y las primeras un 3,5%. Pero, ojo, en conjunto subieron un 3,6%, por debajo de la inflación.

La alegría, pues, va por barrios. Y no digamos ya si nos fijamos en los sectores de actividad. Los beneficios de las empresas energéticas habían subido hasta junio un 22,2% y los de la industria tan sólo un 1,9%. ¿Habrá alguien a estas alturas que aún tenga dudas de los efectos negativos de la falta de competencia en el mercado de la energía?